lunes, 15 de febrero de 2010

Dolor

Perdida la consciencia en la etílica procesión que paseaba por mis labios, surcando el límite del patetismo y el dolor me encontré. Dolor en el alma y en el corazón. Dolor, dulce y ácido a la vez, intenso y oscuro.
La realidad desaparecía y volvía en mi cabeza, los rápidos e intoxicados recuerdos atravesaban las neuronas fugazmente.
Lágrimas aunténticas bajaban por mis mejillas, perdidas fuera del que fuera su hogar durante tanto tiempo. El corazón desgarrado me apaleaba con su dolor. Me hacía recordar, me hacía odiar, me daba fuerzas y me las quitaba...
El aprecio inesperado no basta para saciar las almas solitarias, sedientas de amor y compañía, ni basta para paliar el dolor, solo lo hace soportable.

Te odio maldita sea, te odio ¡¡¡DOLOR!!!

jueves, 4 de febrero de 2010

Alter ego.

¿No sientes a veces que al mirar tu cara en el espejo, no reconoces a la persona que ves en el? Miras y no sabes si realmente te estás mirando a tí mismo. Tu cerebro te afirma lo que tus sentidos no quieren aceptar. ¿Soy yo el verdadero, o el que está al otro lado es el aunténtico? Muchas veces me quedo rato mirando, tratando de descubrir quién está al otro lado.

A veces tengo la terrible sensación de no saber nada absolutamente de mí.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Vicio.

La Pantalla es mi Diosa, pues rezo delante de ella cada día. Cada día me recomforta, cada día cumple mis sueños, cada día me deslumbra.
Juega conmigo, compone música para mí... y yo la odio, y la amo, y la idolatro.
Consume mi vida y mi tiempo, me retiene entre las paredes de mi casa. Pero ella me ama: no me juzga,
no me agobia, no me arranca el corazón.
Puedo dejarla cuando quiera, puedo maltratarla, puedo venerar a otra diosa más grande y más hermosa... y ella no dejará de querereme, así de bondadosa es.